sábado, 3 de septiembre de 2011

Habemus casa!!!

Querida familia y amigos,
Desde que llegué aquí han pasado 5 días y aún no os he contado nada de cómo es esto!! Tendréis que perdonarme…He estado centrada en buscar un sitio en el que vivir y, ahora que parece que por fin lo he encontrado, estoy más relajada y tengo tiempo para escribiros.
Vamos por partes porque son bastantes cosas las que hay que contar.
Desde que llegué aquí y hasta que me pueda trasladar a mi nuevo hogar vivo en un hotel. Ya sabéis cómo me gustan a mí las cosas…así que estoy en un hotel de lujo. Y cuando digo lujo, digo lujo… Antiguamente fue un colegio que ocupaba toda una manzana. Hoy una parte es el hotel y los otros dos edificios son oficinas y bares. Lo que en su día fue el patio del cole hoy es una plaza muy moderna. Así que, como podéis ver en esta foto, el hotel es muy bonito.

Mi habitación. Con reproductor de iPod!! Toma castaña!!

El Ayuntamiento. Esta foto sí es mía.

                                                                      La Catedral
Pero no puedo vivir tres meses aquí….Así que he tenido que buscar un techo en el que guarecerme. Creedme, ha sido una de las cosas que más me ha costado conseguir en mi vida.
Todo el mundo e Internet decía que, al ser Sheffield una ciudad universitaria, no iba a tener problemas de alojamiento. Es más, según pude leer había exceso de oferta. Craso error. He tenido más problemas y dificultades que el año pasado. Y eso que venía preparada psicológicamente para lo peor. Ha sido horrible. Esta ciudad vive de la universidad y de los estudiantes. Hay muchísimas residencias de estudiantes, de hecho, casi todos los edificios altos y modernos de la ciudad son pisos o habitaciones para universitarios. Además, hay cientos y cientos de inmobiliarias dedicadas a “accommodation for students”. Creedme cuando os digo que habré entrado en más de 15 y que tan sólo dos me ofrecieron un piso cada una. Me decían que la gente tenía reservado desde ¡noviembre del año pasado! No me lo puedo creer. Estaba yo en noviembre del año pasado pensando en reservar una casa aquí…Entre musakas, tiganias, manitarias y souvlakis…En fin, que la mayor parte de la gente paga los 12 meses y coge alojamiento desde el primer año de carrera hasta el último. Vuelvo a repetir que a mí me parece increíble…Entre otras cosas porque la mayor parte de los estudiantes no han llegado todavía…Imagino que tendrán las reservas hechas…Aún así, los chinos, japoneses, coreanos, vietnamitas y demás, tienen el mercado copado.
Además de este “problemilla” estaba el hecho de que sólo voy a estar aquí tres meses. Pero que sepáis que estaba completamente decidida a mentir. Aunque yo no valga para eso y se me note en la cara. La situación era crítica. Pero aquí los contratos mínimos son para 10 meses. Ah! Y todo carísimo, no os podéis ni imaginar…Yo creo que te dan el precio por semanas para que parezca que pagas menos. El caso es que esto me ha parecido una vergüenza.
Bueno, al grano que ya me estoy liando y prometí que esta vez no iba a hacerlo. La universidad tiene dos servicios de alojamiento: uno propio en sus propios pisos y residencias, y otro privado, en el que un particular ofrece su casa. Pues a mí me derivaron a este último, tuve que rellenar un formulario y, según mi estatus en la universidad (“visiting scholars and staff”),  me pasaron un listado. Y, en este punto, empiezan ya las COSAS RARAS QUE ME PASAN A MÍ…
De uno de los emails obtuve respuesta muy rápido, quedé con el chico y le dí mi teléfono inglés, al poco rato me llamo, y le dije que no le entendía muy bien y que prefería hablar por mail. El chaval me envió varios sms al móvil hasta que al final fui a ver su casa. La situación era la siguiente: tenía tres habitaciones; la suya, la que yo ocuparía hasta el 10 de septiembre, momento en el que la china que vive con él se fuese y yo pasaría a la habitación de ella…El tío debía tener aprox. 35 años y una cara de paciente psiquiátrico que no podía con ella… Yo que los huelo, ya le ví venir…Lo primero que me dijo fue que me quitara los zapatos para enseñarme la casa…Decir que me quedé con las patas colgando es quedarme corta….Así que me quité los zapatos temiéndome lo peor…los calcetines (recién estrenados) estaban llenos de sangre (es que tengo los pies con unas ampollas que no las cura ni una farmacia entera). El caso es que yo no sabía si reírme o llorar. En el suelo había pelusas del año que tu quisieras, la moqueta estaba sucia y el tío decía que yo descalza…Pues nada, así me enseñó la casa. Me enseñó la habitación temporal que ocuparía y la de la china, la cual tenía el cerrojo echado y abrió al tercer toc-toc. Después me llevó a su habitación (con un montón de botecitos de pastillitas y de suplementos dietéticos) para enseñarme en google maps el siguiente sitio al que tenía que ir…Le dí las gracias y corrí más que Forrest Gump. Desde entonces me ha enviado ya dos mensajes al móvil para ver si quiero la habitación. Es que dice que quiere vivir conmigo porque se va tres semanas a Perú y quiere aprender español conmigo….Lo lleva claro.
Pero antes de esto viví otro episodio surrealista. El miércoles por la tarde, mientras estaba en la cafetería del hotel buscando piso por internet, llegó una rubia cañon de unos 40 años hipermegadivina, y le dijo al camarero que le pusiera un gintonic mientras su marido aparcaba el coche para poder registrarse juntos. Me llamó la atención porque iba muy guapa vestida con unas sandalias de cuña naranja preciosas y las uñas pintadas de color oro. La cosa quedó ahí. El jueves los veo otra vez en la cafetería, veo que hay algo que brilla en el suelo y me acerco a recogerlo. Era su pendiente. Me da las gracias y me pregunta que de dónde soy (Spain of course, el mejor sitio del mundo)  y me dice que ella veranea en Málaga y que conoce Almería.  Me pregunta qué hago aquí y yo le hago mi carta de presentación (la que todos conocéis). Resulta que los psicólogos debemos estar de guardia las 24 horas del día, 365 días al año. Para qué le dije nada….Se sentó a mi lado y empezó a contarme su historia. Una desequilibrada de la leche. Pobrecita mía. Que tenía depresión, que estaba así de los medicamentos y que se había dado a la bebida (de esto ya me había dado yo cuenta, no hacía falta que me lo dijese) y que su hermana se había ahorcado (según ella, teniéndolo todo en la vida –una casa con caballos, una familia maravillosa, etc-). A todo esto el marido tirando del brazo para levantarla de mi lado, ella llorando con otro gintonic en la mano y yo que no sabía si contarle lo mío y echarnos a llorar las dos o abrazarla. Al final se fue dando las gracias. Y yo me quedé pensando en el sufrimiento humano, en cómo evitarlo y en qué consiste la felicidad. Por cierto, me rio yo de los gintonics que se toma aquí la gente….Nuestro vaso de café con leche (es decir, el vaso de caña) sin cubitos y con pajita….No digo ná!
Pero bueno, tengo casa para vivir. Otra situación un poco rara también. Me voy a vivir a casa de una señora a la que no conozco, pero sí a su amiga que fue la que me la enseñó. La amiga de la dueña debe tener unos 50 años, pero debo decir que es adorable, así que deduzco que Ms Francis (que es como se llama la propietaria) debe tener la misma edad. Actualmente está en Escocia hasta octubre, momento en el que vuelve  a Sheffield 4 días y se vuelve a ir hasta febrero a la Antártida. Así que viviré prácticamente sola. Bueno, dice que tiene unos amigos que no viven aquí pero que suelen venir todas las semanas y que ocupan su habitación. Así que....ya os contaré. El caso es que la casa es preciosa y muy acogedora. Está relativamente cerca de la universidad (es que Sheffield es muy grande) y está muy bien comunicada. Me han dicho que es de los mejores barrios para vivir, es una zona residencial llena de familias y estudiantes. La amiga que me enseñó la casa vive en la calle de al lado y la hermana de Ms Francis dos calles más para allá. Así que creo que me van a vigilar. Es normal. Yo tampoco metería a nadie en mi casa con mis muebles y con mis cosas sin conocerla de nada. Pero estoy contenta. Ya estaba bastante desesperada por conseguir un sitio en el que vivir y estaba incluso dispuesta a acceder a según qué cosas. Pero sinceramente, los que me conocéis sabéis lo delicada que soy y que yo no estoy dispuesta a compartir piso ni con tres ni con seis tíos tal y como me ofrecieron, ni estoy dispuesta a tener que quitar pelos de la bañera que no sean míos de tías guarras, ni estoy tampoco dispuesta a perder mi intimidad y mis paseos en paños menores porque la casa esté llena de gente y, encima, tenga que esperar para usar la cocina o el baño. No hay problema de dinero así que esto es una muy buena opción. A ver, no me habría importado compartir con dos o tres chicas en un piso en condiciones y siendo ellas formales, pero no he tenido otra opción. Así que creo que voy a tener el suficiente tiempo y la suficiente tranquilidad como para trabajar y sacar adelante mi tesis que, al fin y al cabo, es para lo que he venido y, sinceramente, me hace mucha falta pegarle un empujón al tema analizar datos y escribir artículos.


                      Esta es la fachada de mi futuro hogar...Ya sabéis que me encantan los pingüinos
En el tema trabajo estoy muy contenta con mi profe de aquí. Es muy joven y muy maja. Todo lo que le digo le parece bien y está dispuesta a ayudarme en lo que sea. Lo único malo es que está embarazada. Pero me ha dicho que me dejara con su equipo y en su despacho. Así que perfecto.  Debo decir que la universidad es la leche! Es grandísima, está muy bien organizada, tiene de todo. Así que visto lo visto, creo que me voy a apuntar a un curso de inglés y al gimnasio. Tengo un objetivo, y es quedarme como un figurín… Creo que en esta semana he perdido peso, así que voy a intentar perder un poco más y sobre todo a hacer deporte. Cuando me veáis ya me diréis si he cumplido mis objetivos o no.
Bueno, me despido de vosotros…Mañana ya os contaré más cosas. Siento escribir tanto, pero desde que he llegado algunos apenas sabéis nada de mí…Sé que el blog es una buena herramienta para estar en contacto y no tener que escribir chupicientos emails a todos contándoos lo mismo.
Un fuerte abrazo,
Laura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario